IMPORTANTE: Recuerda Seguir Estos Consejos Para Evitar La Deshidratación En Nuestros Niños

En el hemisferio norte, están disfrutando de todas las bondades del verano. Y con este, los agradables días de playa, piscina, excursiones y…el calor. Y, como padres, un punto muy importante que nunca tenemos que olvidar, es que a medida que aumentan las temperaturas, también lo hace el riesgo de sufrir deshidratación.

La falta de ingesta de líquidos y también de apetito, son señales que alarman a cualquier padre, a pesar de ser temporales, ¿por qué nuestros niños nunca tienen sed?, ¿cómo notar las primeras señales de deshidratación?, ¿cuál es la mejor manera de evitarlo?

Teniendo en cuenta, que durante el verano los temidos golpes de calor, pueden llegar a ser muy fuertes, es que es necesario mantener a nuestros niños bien hidratados y, estos son los mejores trucos para conseguirlo.

 

Agua: esencial para lograr una buena hidratación en los niños

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El agua, es el principal componente de nuestro cuerpo, el que posee alrededor de un 75% de agua cuando somos niños y cerca de un 65% al ser adultos. Es por esto, que es necesario consumir este vital elemento diariamente, para no poner en riesgo nuestro organismo. Pues, además, a través de la transpiración, el sudor, la orina e incluso los excrementos, nuestro cuerpo pierde grandes cantidades de agua, las que tienes que ser reemplazadas constantemente, y más aún en los tiempos actuales, en donde nuestros hijos suelen salir a jugar mucho al aire libre.

Pero, como padres, ¿sabes cuál es la cantidad correcta de agua para que nuestros niños no se deshidraten?, ¿cómo notar que se están deshidratando? Los expertos recomiendan una ingesta diaria de agua de entre 1,8 a 2 litros en los adultos y cerca de 1,2 litros de agua, en niños de entre los 4 a los 8 años.

Sin embargo, en lactantes, estas medidas varían pero se recomienda que al menos ingieran el 15% de su peso en líquidos. Si alimentas a tu bebé con leche materna, no necesitan de un aporte extra en líquidos, solo debes tener en cuenta la frecuencia en la que bebe, para que así se mantenga fresco. Si, por otro lado, le das biberón a tu hijo, una excelente medida es ofrecerles un biberón con agua, entre fórmulas, para asegurarte de que sus necesidades sean saciadas.

Si no sabes si tu hijo puede estar deshidratado, ten en cuenta los siguientes signos de deshidratación:

  • Sequedad corporal, especialmente en la piel, boca, lengua y también pérdida de lagrimeo.
  • Orinan en menor cantidad y las deposiciones suelen ser más blandas que lo habitual.
  • Practican menor actividad física, debido al cansancio que el estar deshidratados, les provoca.
  • Irritabilidad excesiva
  • Dolores de cabeza, vómitos y diarrea. En este tipo de casos, es necesario acudir al pediatra u otro especialista porque tanto los vómitos como la diarrea, incrementan aún más la pérdida de agua corporal, o sea, incrementan más la deshidratación del niño.

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Golpes de calor en niños: una correcta hidratación es muy importante

Los golpes de calor, son realmente muy peligrosos y sobre todo cuando mientras más pequeños somos, es por esto, que hidratar a los niños debidamente, no exponerlos por largos períodos al sol y evitar los juegos al aire libre durante las horas de más sol sin una correcta protección, son medidas básicas que se deben tener en cuenta.

Probablemente, tus hijos son capaces de pasar horas y horas jugando en la orilla de la playa sin pensar si quiera en querer algo de beber o en renovar la crema solar. Parece que se olvidaran del hecho de que tienen sed o hambre pero, ¿realmente se olvidan?, ¿nunca tienen sed realmente? Lo que sucede, es que a edad temprana, los reguladores de la sed en el cuerpo de los niños, aún no han madurado lo suficiente, es por eso que los niños no detectan la necesidad de beber líquidos.

Otro punto a considerar, es que el componente hídrico del cuerpo de los niños es mayor y los más pequeños cambios que se produzcan, pueden suponer un riesgo para el organismo del niño. En el caso de los lactantes, el contenido de agua corporal, es mayor que el de los niños o adultos, además tienen menos desarrollado los mecanismos de sudoración pero no hay que olvidar que su desarrollo es menor, por lo que no tienen la posibilidad de comunicarnos fácilmente que tienen sed.

Por lo tanto, es recomendable ofrecerles agua a los pequeños, continuamente, al menos cada 2 horas. Esto debe aumentar, especialmente si realizan actividades físicas o si se exponen por largos períodos al sol o a altas temperaturas.

 

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Entonces, ¿cómo mantener hidratados a los niños?

Los puntos claves, se enfocan en una correcta alimentación e hidratación:

  •  Si salen a dar un paseo en familia, no olvides salir siempre con una botellita con agua, de este modo, podrás mantenerlos hidratados mientras salen y podrás aprovechar la oportunidad de concientizar a tus pequeños de la importancia de beber agua.
  • Es esencial respetar el ritmo de los niños, no debes forzarlo a beber, para que no se nieguen a hacerlo, pero tampoco deben olvidarlo.
  • Mantener el agua a beber a la temperatura perfecta. Esto es esencial, puesto que si está muy caliente o muy helada, se suele beber menos.
  • La alimentación, es igual de importante como beber agua. Para esto, las frutas pueden ser nuestras mejores aliadas, ya que aportan una excelente cantidad de minerales, proteínas, vitaminas, fibra y agua, además, son bajas en calorías.
  • Helados y copones de hielo. Bajo moderación, son muy buenos porque atraen a los niños por sus sabores dulces y además, aportan agua y hasta proteínas y pequeñas cantidades de calcio en algunos casos. El problema, es cuando contienen grandes cantidades de azúcar o grasa.

Lo más importante de todo, es escoger de forma correcta, los alimentos que le brindaremos a los niños durante estas épocas de verano, para que así, el agua que pierdan durante el día, vaya siendo compensada.

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