La Sal No Es Tan Dañina Como Crees….Mira Este Artículo

Existen nuevos estudios sobre la sal que nos demuestran que ésta no es tan dañina como se pensaba.

Casi siempre la comparan por su nocividad con el alcohol, el tabaco o llevar una vida sedentaria, y es por esto que la sal ha llegado al podio de los enemigos de la buena salud. Los doctores y nutricionistas siempre están advirtiéndonos sobre sus riesgos, pues lo relacionan con variados problemas de salud, ya que provoca aumento de la presión arterial.

Los estudios confirman que la hipertensión arterial es la principal causa de ictus y también una causa importante de los infartos, dos de los motivos más frecuentes de muerte y de discapacidad en el mundo actual.

No obstante; nuevas investigaciones dan luces de que la sal no es tan peligrosa para la salud y que la hipertensión arterial realmente sería causada por el azúcar refinado y la fructosa.

Estamos compuestos por sal

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La cantidad diaria de sal que necesitamos varía entre una cucharadita y cucharadita y media de sal. Ya sea en distintas sociedades, culturas, climas o hábitats, la cantidad siempre es la misma ya que la sal es un nutriente esencial para la vida y muchos de nuestros procesos vitales del organismo dependen de ella.

La necesitamos tanto que la consumimos casi por instinto y por eso es tan difícil reducir su consumo. EL pounto es que el cuerpo la pide tal como pide el agua.

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La razón es que nuestros cuerpos contienen grandes cantidades de sal: Lloramos sal, sudamos sal y las células de nuestro cuerpo están cubiertas de fluidos que contienen mucho sodio. Sin el elemento, moriríamos y nuestra raza se extinguiría por completo. La verdad es que no estamos exagerando, si reducimos el consumo de sal, también disminuye el impulso sexual, lo que baja las posibilidades de quedar embarazada y afecta también al peso del bebé.  Un bajo consumo de sal también aumenta el riesgo de disfunción eréctil, empeora las hemorragias y tiene un impacto negativo en la curación de las quemaduras.

Todo este tiempo se ha culpado a la sal de provocar un aumento de la presión arterial y es debido a la capacidad de la sal para retener fluidos y absorberlos, además de mantener la sangre que circula para defenderse del colapso vascular.

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La lógica detrás de todo esto es que la sal aumenta la sed y hace que bebamos más líquidos, además de hacer que el cuerpo se resista a “dejarla ir” lo que provocaría la retención de líquidos. A mayor cantidad de líquidos, mayor presión arterial la que aumenta considerablemente el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebro vasculares y otras enfermedades muy serias.

Acá tenemos el primer problema y es que las distintas pruebas y estudios no avalan dicha afirmación, al contrario, la desacreditan.

Existe evidencia científica, recolectada con estudios que sugieren que el 80% de las personas con presión arterial normal que aumentan su consumo de sal,  no elevan jamás su presión arterial, en lo absoluto.

Al analizar los datos de 8.670 adultos franceses, la American Journal of Hypertension  no halló evidencia entre el consumo de sal y el aumento de la presión arterial sistólica en hombres o mujeres.

Para la industria, es mejor la desinformación

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Acá llegamos a la pregunta del porqué se ha culpado falsamente a la sal durante más de 100 año, sin contar con evidencia científica.

A diferencia de su contrario por antonomasia, el azúcar, la sal no causa adicción. EL azúcar es uno de los ingredientes más comunes en alimentos procesados y llegamos al núcleo de todo.

Nos enteramos hace poco tiempo que la industria azucarera pagó durante décadas a científicos y financió cientos de falsos estudios para lograr poner toda la culpa en las grasas y otros ingredientes, con respecto a la causa de enfermedades cardíacas que son realmente producidas por el azúcar.

Según investigaciones , un excesivo consumo de azúcar aumenta significativamente la tensión sistólica y la presión arterial diastólica, lo que quedó demostrado en los ensayos de 8 semanas o de más duración. Así las personas que consumen el 25% o más de calorías de azúcar tienen casi tres veces mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular; según esta investigación e, incluso, en dosis moderadas y cortos períodos de tiempo el consumo excesivo de fructosa aumenta la frecuencia cardíaca, el gasto cardíaco, la retención renal de sodio y la resistencia vascular; todos ellos pueden actuar en conjunto para elevar la presión arterial y aumentar la demanda de oxígeno del miocardio.

Después de leer esto, quizás quieras botar toda la fruta a la basura, pero no lo hagas, ya que el estudio se refiere a la fructosa procesada de forma industrial, como ejemplo: el jarabe de maíz. Éste es el edulcorante más usado en los alimentos procesados, específicamente en las bebidas de frutas y refrescos.

Por favor, ten en cuenta que la fructosa natural presente en frutas y verduras, no sólo es inocua ,sino que también es altamente beneficiosa para el organismo, puesto que la ingerimos acompañada de fibras vegetales, vitaminas y minerales.

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Las estanterías de nuestros supermercados siguen llenas de alimentos repletos de azúcar como papillas infantiles, bebidas, cereales y básicamente la mayoría de los alimentos procesados; a pesar de que es la culpable de provocar sobrepeso, obesidad, resistencia a la insulina, diabetes Tipo II, hígado graso, caries etc.

En el equilibrio está la salud

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Al preparar este artículo no pretendemos que aumentes tu consumo de sal o elimines totalmente el azúcar de tu dieta, pero sí que seas estricto con la cantidad diaria recomendada, que te informes y por sobre todo consideres tu alimentación como un todo.  Estamos seguros que un problema de salud no  se produce sólo por un ingrediente o un exceso puntual, sino por hábitos de vida nocivos que se prolongan en el tiempo.

Como ya hemos leído, es importante llevar una vida sana, hacer deporte, dormir bien y mantenerte en tu peso ideal,  y lo que queremos que aprendas acá es cómo elegir productos naturales y evitar los alimentos procesados. Lee siempre las etiquetas, porque es tu salud la que está en juego.

Aclaración: A pesar de brindar información basada en estudios científicos reales, debes consultar siempre con un profesional, ya que este artículo no sustituye el tratamiento de tu médico.

 

¿Has dejado alguna vez de consumir sal?